VIERNES 13 PARTES 2 y 3 para Ultramundo

Viernes_13_2_parte_Viernes_13_Parte_2-670243099-large

Las dos secuelas de la afamada película de Sean S. Cunningham Viernes 13 (Friday The 13th, 1980) son comentadas ampliamente con una reseña y un apartado dedicado a cómo se gestaron. Ambas películas dirigidas por Steve Miner funcionan correctamente como productos «Slasher», con sus aciertos y errores. De Viernes 13 Parte 2, comento que «Miner logró una de las mejores secuelas de la saga, con una duración ajustada de 80 minutos sin contar créditos finales y cambiando de asesino en serie ya definitivamente». Lean el artículo completo aquí.

Viernes_13_3_parte_AKA_Viernes_13_Parte_3-215629959-large

De Viernes 13 Parte 3: «Steve Miner cumplió con su cometido al entregar un producto hecho para satisfacer a los fans más dispuestos a divertirse en los cines donde se estrenaba la película. De hecho, “Viernes 13 Parte 3” es una de las partes más apreciadas por los fans de la saga. Y casi, casi, la secuela más querida. Aunque uno prefiera la segunda parte al ser bastante más concisa y no perderse demasiado en intentar crear suspense ni en secundarios graciosos como los personajes de Shelly (Larry Zerner) y el hippy fumeta Chuck (David Katims)». Lean el artículo completo aquí.

«El Mimado de la Abuelita» (Grandma’s Boy)

grand

Le corresponde a El Mimado de la Abuelita (Grandma’s Boy, Fred C. Newmeyer, 1922) ser el primer largometraje interpretado por Harold Lloyd. El motivo principal de que el cómico silente no haya alcanzado la fama de sus colegas Charles Chaplin y Buster Keaton se debe a que Lloyd exigía a los cines que querían reestrenar sus cortos y películas el acompañamiento de un organista en vez del clásico pianista, y que aparte pedía desmesuradas cantidades de dinero a las televisiones por los derechos de emisión de su obra. Con el paso del tiempo, Lloyd ha ido recuperando fama gracias al DVD y las emisiones por televisión de sus películas (yo mismo le descubrí en unos ciclos de madrugada de aquel entrañable «Cineclub» de La 2) y merece estar a la altura de Chaplin y Keaton. Con obras maestras, muy buenas películas o menos logradas, pero siempre es gratificante recuperar su filmografía. Incluso en su etapa sonora nos podemos encontrar joyas como Cinemanía (Movie Crazy, Clyde Bruckman, 1931) y otras sorpresas a recuperar, las cuales espero poder ir reseñando poco a poco. Debo anotar que para el anecdotario he utilizado el pack con 10 DVD’s que editó Universal en el año 2008 de la obra de Lloyd, en el que venían textos de Guillermo Balmori. Una información que usaré en futuras entradas.

grand1El origen de El Mimado de la Abuelita se basa en la película Tol’able David (Henry King, 1921), uno de los mayores éxitos de taquilla de la época que contaba las desventuras de un joven tímido que deberá demostrar su valentía en un momento dado. Harold Lloyd decidió rodar una historia parecida a la de la película de King, pero evidentemente llevándola a su terreno: la comedia. Sin embargo, El Mimado de la Abuelita contaría con un trasfondo dramático que sirviese de armazón a la historia y perfilase a los personajes. En especial al protagonista, paradigma de los personajes de interpretaba Harold Lloyd: un hombre corriente que se enfrenta a las adversidades con tenacidad y que sale victorioso gracias a su tesón. Prueba de que Lloyd se tomaba en serio la comedia es que dedicó seis meses de preproducción para perfilar los gags.

Lloyd se rodeó de su equipo técnico habitual, con el director de confianza Fred C. Newmeyer en labores de realización, el director de fotografía Walter Lundin (un nombre importante en la carrera de Lloyd), el rotulista H. M. Walker, la actriz Mildred Davis, con su rostro de muñeca de porcelana, como interés amoroso del protagonista y algunos actores de la «compañía Lloyd» como Charles Stevenson o Dick Sutherland. Todos ellos con el productor Hal Roach supervisando la película. Roach no estaba muy convencido de que dotar a la película de elementos dramáticos funcionase (De hecho Lloyd tuvo que rodar más gags de los previstos para complacer al productor), pero la extraordinaria acogida de la taquilla a El Mimado de la Abuelita dio la razón a Harold Lloyd. Además, sus otros dos competidores en el cine cómico reconocieron la grandeza de la película: Buster Keaton y Charles Chaplin, quien sentenció: «Es una de las películas mejor construidas argumentalmente de las que he visto». Lloyd se despedía así de los cortometrajes.

grandmasflashbackYa desde el comienzo veremos cómo desde su más tierna infancia el «mimado de la abuelita» es un chico retraído del que todo el mundo querrá aprovecharse, incluido el matón de la escuela (Charles Stevenson) al que tendrá que hacer frente una vez crecido. Y es que ambos competirán por el amor de la chica (Mildred Davis) entre gags visuales de ambos estrechando sus manos por detrás de ella, creyendo que sujetan la mano de la chica. El «mimado» será constantemente humillado por el matón, llegando al extremo de que éste le arroja a un pozo. Impagable el momento en el que vemos en un plano detalle, antes de que el «mimado» sea arrojado al pozo, una etiqueta en su traje que asegura que no se encoje si se moja. Al salir del pozo pingando, observaremos que su traje se encoge hasta dejar al «mimado» con aspecto ridículo. Aún más en ridículo quedará cuando tenga que intentar echar a un vagabundo de aspecto terrorífico (Dick Sutherland), sin éxito alguno.  Será su abuelita (Anna Townsend) a escobazos la que se encargue de repartir justicia.

La abuelita dará al nieto el traje que solía llevar su abuelo para reponer el traje encogido y así asistir a una fiesta en casa de la chica. Un traje «único» que también llevará, casualidades de la vida, el criado negro de la chica. Entre situaciones divertidas con gatos y bombones, el matón llegará allí para degustar los «deliciosos» bomones de la chica . El vagabundo inicia una serie de robos en el pueblo y las fuerzas vivas tratan de juntar voluntarios. Entre los que deben capturar al vagabundo se encontrará un aterrado «mimado», presa de un pánico atroz. Su abuelita le contará cómo su abuelo se convirtió en héroe en plena Guerra de Secesión. Y es que el abuelo venció el sólo a una legión de soldados del ejército del Norte gracias a un amuleto mágico que le dará la valentía necesaria. El abuelo vence, también es cierto que gracias a su torpeza.

grandmas-dedoEl «mimado» recibe el amuleto y se va por el vagabundo, comenzando así una sucesión de persecuciones y equívocos  para culminar con una fenomenal pelea con el matón local que pondrá a prueba al «mimado». Huelga decir que en este tramo de cinta, Harold Lloyd  hace gala de su agilidad y acrobacias increìbles (recordemos que sin uso de dobles y teniendo en cuenta que un par de años antes del rodaje de esta cinta tuvo su famoso accidente con una bomba que le costò dos dedos de la mano derecha), como por ejemplo cuando se agarra a la parte trasera de un coche a toda velocidad por la carretera al tratar de unirse al grupo que intenta dar caza al vagabundo. Una segunda mitad de película trepidante.

Al éxito de El Mimado de la Abuelita contribuyó el que logremos simpatizar con el personaje de Harold Lloyd, una fotografía y movimientos de cámara impresionantes (encima de automóviles o cuando el «mimado» encañona con el dedo al vagabundo y saluda a un vecino sin darse cuenta de que se desvía del vagabundo) y una bien medida progresión dramática que desemboca en el inevitable final feliz, en donde el héroe acaba triunfando sin ayuda de amuletos. Con toda justicia, se convirtió en el título más célebre de Harold Lloyd junto con El Hombre Mosca (Safety Last, Fred C. Newmeyer y Sam Taylor, 1923) y El Estudiante Novato (The Freshman, Fred C. Newmeyer y Sam Taylor, 1925)

LOS SOPRANO (1ª Temporada) para Ultramundo

sopranos

Un repaso completo a la primera temporada de la serie que puso patas arriba a la televisión. Cabe destacar que escribí esta larga reseña de la primera temporada de Los Soprano un año antes de la triste muerte de James Gandolfini, pero por diversas ciscunstancias se pospuso su publicación hasta hoy.  Sirva pues de homenaje a Gandolfini y a una serie «que aprovecha para hablar básicamente acerca de la condición humana, un término que puede sonar pretencioso pero al que no encuentro otro término parecido menos “Rimbombante” (…) A que la visión de David Chase se haga realidad contribuye un equipo técnico y artístico sobresaliente, empezando por los directores que se toman los episodios como si de películas se tratasen, continuando por el propio Chase y su equipo de guionistas a los que coordina, siguiendo por los profesionales en todos los apartados técnicos y acabando por un reparto en estado de gracia y en los “Papeles de sus vidas” «. Para leer el artículo al completo, con los capítulos desmenuzados, vayan aquí.

«LUPIN III: EL ORO DE BABILONIA» para Ultramundo

Lupin_III_El_oro_de_Babilonia-882758792-large

La tercera película protagonizada por el famoso ladrón de guante blanco Lupin III tiene como curioso atractivo la presencia de Seijun Suzuki tras las cámaras, en lo que supone una película correcta pero cuyo conjunto no acaba de ser satisfactorio del todo. Tal como comento en mi reseña: «Una película que en líneas generales es correcta pero que se ve perjudicada por una animación no demasiado cuidada y un progresivo desinterés en la historia dividida en una primera parte más enfocada a la comedia y una segunda más dirigida a la acción, con una coda de ciencia ficción. A pesar de todo, al menos por mi parte, me quedan por ver las anteriores películas para comprobar de primera mano si realmente son mejores». Para leerla al completo, simplemente hagan clic aquí.

Sean Young

brsm_rachael

No soy Julia Roberts y podía haberlo sido» Sean Young.

«La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo» – Dr. Eldon Tyrrell en «Blade Runner«.

Con la contundente frase que encabeza este artículo se refiere la buena de Sean Young a lo que pudo ser su carrera y no fue. Podía haber sido toda una megaestrella a día de hoy con la facultad de poder elegir los proyectos que quisiera  y cobrar millonadas por ello. Pero dos cosas se pusieron por en medio: la mala suerte que la acompañó desde que se hizo famosa y su carácter «dulce y encantador» que asustó (por no emplear una palabra más fuerte) e hizo fruncir el ceño a cuantos cineastas, actores, jefes de estudio y demás personal de Hollywood se cruzaron en su camino.

En Louisville, Kentucky, en Noviembre de 1959 uno podía encontrarse en un gimnasio cualquiera o corriendo por las calles a un joven boxeador negro llamado Cassius Clay preparándose para irse a las olimpiadas de Roma…o estar en la sala de partos de un hospital cualquiera de la ciudad para contemplar el nacimiento de Sean Mary Young, una hermosa niña morena que con pocos añitos ya le interesaban disciplinas como la danza, por lo que estudió con una importante compañía de Nueva York y ejercía de modelo en sus ratos libres. Seguramente fue durante una sesión fotográfica cuando se dió cuenta de su innegable fotogenia y que bien podría dedicarse al mundo de la actuación. Así que cogió las maletas y de la costa Este se trasladó a la costa Oeste sin más armas que su talento y su genio, dispuesta a triunfar en la ciudad de los más dulces sueños y las más tenebrosas pesadillas.

ford_and_youngTras un par de papelitos y ser rechazada por Spielberg para el papel de Marion Ravenwood a causa de su juventud en «En Busca del Arca Perdida», logró su sueño: tener un papel importante en una película de prestigio. Ridley Scott se fijó en ella para el papel de la replicante Rachael en «Blade Runner» y el resto fue historia. Memorables fueron las secuencias en las que Deckard (Harrison Ford) revela a Rachael su naturaleza androide y la escena en la que ambos acaban enamorándose mientras suena el tema de amor compuesto por Vangelis . Según confesó Young a Paul M. Sammon, el autor del magistral libro «Future Noir:The Making Of Blade Runner», ésta es su película predilecta. Durante el complicado rodaje no hizo muy buenas migas con Harrison Ford, quien en posteriores entrevistas confesaba que en toda su carrera sólo tuvo problemas con una actriz. Nunca citó el nombre de esa actriz, pero todo el mundo sabía a quién se refería. Aunque en su momento no funcionase en taquilla, «Blade Runner» se convirtió pronto en película de culto y más tarde en el clásico que es hoy. En Hollywood tomaron nota de Young y pasaron por alto sus problemas con Ford, pensando que debió ser su inexperiencia y juventud la que causó sus conflictos.

Tras este clásico de ciencia ficción, llegaron otros dos proyectos de cine fantástico a manos de Sean y que prometían mucho:  el más importante, la adaptación de la novela de Frank Herbert «Dune», que acabó por dirigir David Lynch tras «traspasarle» el proyecto Ridley Scott precisamente para hacer «Blade Runner» (casualidades tiene la vida). Allí interpretaba a Chiani, el interés amoroso de Kyle MacLachlan/Paul Atreides. El papel no era muy jugoso que digamos (seguramente cayeron muchas de sus escenas en el montaje final de la película, que de 4 horas pasó a dos) y la película fue un sonoro batacazo comercial. El siguiente proyecto se trataba de una fantasía para los niños titulada «Baby, el Secreto de la Leyenda Perdida», que co-protagonizó con el «Gran Héroe Americano» William Katt. Aquí comenzaron los legendarios problemas de Sean con su mal carácter, puesto que no congenió nada con Katt y, como consecuencia, se dedicó durante el rodaje a quitarle su silla plegable justo cuando se disponía a sentarse. Así todos los días. Otro fracaso en taquilla del que se recuperó con «No Hay Salida», al lado de un por aquel entonces emergente Kevin Costner y que fue todo un éxito sorpresa.

youngwoods-1Quizás con un buen éxito se aplacaría sus mal genio, pensaban en la Meca del Cine. Pues no. Sus dos siguientes películas y lo que pasó entre sus focos marcaron el resto de su carrera. Oliver Stone la fichó para «Wall Street»  pero tuvo una buena dosis de broncas en el rodaje con el director hasta el punto de que éste se vengó en la sala de montaje acortando sensiblemente su papel. Mucho peor le fue con el protagonista Charlie Sheen, quien harto de la actriz, le pegó un cartel a la espalda que rezaba :»Soy una puta«. Las malas lenguas dicen que el último día que la tocaba rodar, trató de llevarse el vestuario de su personaje ya puesto. Un miembro del equipo la retuvo justo antes de que la actriz se montara en su coche. Sean Young decidió despojarse de su ropa y montó desnuda en el automóvil. Una historia no muy fiable, pero como decían en «El Hombre que Mató a Liberty Valance»: «Entre el hecho y la leyenda, imprime la leyenda». Bastante más mítica (por lo muy mal que fue) y dañina fue su relación con James Woods durante el rodaje de «Impulso Sensual». Ambos actores intimaron en el set de rodaje  mientras Woods estaba ennoviado con su pareja de aquel entonces Sarah Owen. Lo que pasó después es bastante confuso. Lo único cierto es que la pareja Woods-Owen denunció a Sean por acoso. Entre otras lindezas, Woods la acusó de dejar una muñeca rota en el portal de su casa y dejar mensajes amenazadores en su contestador automático. Young negó los hechos y llamó de todo menos guapo a Woods. Todo se resolvió con un acuerdo económico antes de llegar a un mediático juicio. Pero el daño ya estaba hecho y los cotillas, revistas, programas del corazón y demás aves coprófagas hicieron su Agosto con los pormenores del caso. La opinión pública dictó sentencia: «Sean Young está como un cencerro»

Aún así, la actriz guardaba tres ases en la manga: tres papeles que callarían bocas, la darían prestigio y cimentarían su estatus de estrella. El primero fue en «Delitos y Faltas« de Woody Allen, pero el cineasta neoyorkino cortó su papel en la sala de montaje. Si tendría algo que ver el mal café de la actriz o se debió simplemente a una decisión artística es algo que sólo sabe el de Manhattan. El segundo papel era el de la película-evento de la temporada, ni más ni menos que «Batman», con Tim Burton al frente. El personaje de Vicki Vale  estaba interpretado por Sean, pero la actriz sufrió una caída de caballo durante un descanso en los alrededores del estudio Shepperton británicos frácturándose la clavícula. Kim Basinger fue su sustituta y sobra decir que «Batman» fue un taquillazo descomunal. El tercer papel era el de Suspiros Mahoney en la muy infravalorada adaptación de «Dick Tracy» realizada por Warren Beatty. Como muchos se temían no congenió con Beatty y fue despedida por «diferencias creativas«. Las malas lenguas dicen que se negó a pasar por la cama de Beatty y que eso influyó mucho en su despido (al final Madonna se hizo con el papel y la cama). Y así se fue por el retrete su estrellato.

youngcover_lEncima, siguió teniendo problemas de todo tipo con estrellas como Nicolas Cage en «Pájaros de Fuego» o Michael Caine en «Seducción Peligrosa«. Los de los cada vez más devaluados premios Razzies a lo peor del año se acordaron de ella por su doble papel en «Bésame Antes de Morir». Y el remate definitivo llegó cuando, después de su oportunidad fallida de actuar en el primer «Batman», quiso aparecer en su esperada secuela, «Batman Vuelve«. Por supuesto, en el papel de Catwoman. Había un problema: Michelle Pfeiffer ya había sido elegida por Tim Burton.  No hay problema. Armada de valor y sin sentido del ridículo alguno, se plantó en el despacho de Burton disfrazada de Catwoman  dispuesta a conseguir el papel y hacer cambiar de idea al director. Según afirma la leyenda, cuando la secretaria de Tim Burton avisó por interfono a su jefe de que se aproximaba una mujer vestida de Catwoman  a su despacho, éste salió escopetado al lavabo a esconderse. No hubo encuentro entre Young y Burton, pero eso no desanimó a la actriz, que se paseó por platós televisivos varios con su traje casero. Fue su final. Todo Hollywood se cachondeó de la actriz, que a día de hoy sigue defendiendo su actuación («Si Jim Carrey o Sean Penn lo hubieran hecho les habrían aplaudido por sus pelotas»). La por aquel entonces desconocida directora Jane Campion le ofreció ser la protagonista de «El Piano», pero Young estaba embarazada de su primer hijo y tuvo que decir «no«. Holly Hunter se llevó el papel y el Oscar. Lo mismo ocurrió cuando estuvo embarazada de su segundo hijo y Martin Scorsese quiso contar con ella para «Casino» en el papel que interpretaría Sharon Stone.

seanyoung_1Hoy en día Sean Young es, como diría Martin Landau en «Ed Wood», «un espantapájaros». Después de su divertido papel en «Ace Ventura» («cuerdas fuera«) protagonizó películas de serie B, comedietas de tercera como «Doctor Jekyll y Ms. Hyde» (recuerdo verla en Tele 5 llevándome las manos en la cabeza cada poco; los efectos de transformación no estaban nada mal eso sí), thrillers eróticos a cual más patético (no se pierdan si tienen oportunidad «Motel Blue», más que fallida cinta donde Sean hacía pareja con una Soleil Moon Frye intentando enterrar su imagen de Punky Brewster  tratando de venderse como «sex symbol». Tremendo.) y filmes directos a video o televisión, la cual le ha permitido hacer pequeñas apariciones en series como «Urgencias» CSI». Siempre ha tratado hacer propósito de enmienda, hasta el punto de pagar en una ocasión allá por el año 2000 una página de publicidad en publicaciones cinematográficas varias dando las gracias a los que confiaron en ella para los rodajes en los que participó en aquel año. Pero las sigue armando. Como cuando en el año 2006 se intentó colar en la fiesta de los Oscars que concede la revista Vanity Fair (el fiestorro por excelencia en Hollywood) para ser expulsada sin contemplaciones por los seguratas. En el año 2008, durante la entrega de premios del Sindicato de Directores Americano, gritó desde su asiento a Julian Schnabel  mientras pronunciaba un discurso, siendo expulsada por la fuerza del lugar. Reconoció su problema con el alcohol y se fue a una clínica de rehabilitación. En el año 2010 participó en el «reality show» «Skating with the Stars (Patinando con las estrellas)» sin que armase problemas. Pero en el año 2012, trató de colarse en la fiesta de los Oscars que concede la revista «Vanity Fair» y acabó peleándose con los de seguridad, pasando la noche en comisaría. Parece que no aprendió de los ocurrido en el 2006.

Lo último que se sabe de Sean Young es muy triste. Mientras escribo estas líneas, Ridley Scott tiene el proyecto de perpetrar hacer una película basada en el universo «Blade Runner». La actriz pidió a los fans que boicoteasen dicho proyecto debido a que la productora Alcon no tiene intención de emplearla de nuevo en el papel de Rachael. Y además llamó insistentemente a las oficinas de Ridley Scott para hablar con el director. Éste no contestó sus llamadas. Así están las cosas para Young, la cual firma autógrafos y acepta posar para las cámaras de quienes la reconocen por Hollywood.

«Ghost in the Shell 2: Innocence», «It (Eso)» y un recuerdo para James Gandolfini en Ultramundo

Ghost_in_the_Shell_2_Innocence-986433099-largeMis artículos esta semana publicados en Ultramundo consisten en dos reseñas y un pequeño obituario. Por un lado, «Ghost in the Shell 2: Innocence», secuela de la celebérrima «Ghost in the Shell»En 1995 se estrenaba en los cines japoneses “Ghost in the Shell” (Kôkaku Kidôtai, Mamoru Oshii, 1995), una de las películas manga más conocidas de todos los tiempos que bebía de numerosas fuentes literarias como la literatura “Cyberpunk”de William Gibson (“Neuromante”, “Quemando Cromo”) y cinematográficas, con la seminal “Blade Runner” (íd, Ridley Scott, 1982) a la cabeza explorando temas sobre el límite de lo humano y lo artificial. Basada en el manga homónimo de Masamune Shirow, “Ghost in the Shell” (Kôkaku Kidôtai, Mamoru Oshii, 1995) fue un gran éxito taquillero y crítico incluso en occidente, donde fue una de las más claras infuencias de los hermanos Wachowski a la hora de desarrollar “Matrix” (The Matrix, Wachowski Brothers, 1999). Todo un fenómeno que originó libros, series de animación y Merchandising de todo tipo. (Seguir leyendo aquí)

It_Eso_TV-644420327-large Por otro, «It (Eso)», la famosa adaptación en formato miniserie de la novela de Stephen King con la memorable intervención de Tim Curry como el payaso Pennywise: En 1986 se publicó la novela “It” (“Eso”), un libro de más de mil páginas que contaba la batalla épica ambientada en los años 50 entre siete niños contra un ser malvado que se nutría principalmente de los niños del pueblo de Derry y que adoptaba la forma de un payaso haciéndose llamar “Pennywise”. Cuando “Eso” volvía a las andadas en los años 80, los siete niños ya crecidos debían cumplir la promesa de acabar con él en caso de que regresara. Todo un gran éxito en ventas para Stephen King y uno de sus libros más queridos por sus fans. (Seguir leyendo aquí)

Y para finalizar, un pequeño recuerdo al tristemente desaparecido James Gandolfini, recordado por siempre por sus intervenciones como secundario en películas varias de los años 90 y por ser Tony Soprano en «Los Soprano». Pueden leerlo aquí.

gandol

«Calles de Fuego» (Streets of Fire, Walter Hill, 1984)

streets«Crecido» tras el éxito de «Límite 48 Horas», Walter Hill se dispone a hacer la película definitiva para adolescentes: un musical de acción basado en canciones clásicas del Rock N’ Roll de los años 50. La Universal le «impondría» canciones ochenteras producidas en su mayoría por los legendarios Jim Steinman y Jimmy Iovine, pero por lo demás Hill tendría plena autonomía creativa en lo referente a guión, elección de reparto formado por actores jóvenes no demasiado conocidos por aquel entonces como Michael Paré, Diane Lane o Willem Dafoe y diseño de producción con grandes decorados construidos en los estudios Universal. Planteada como la primera película de una trilogía centrada en el personaje del solitario Cody (Michael Paré), «Calles de Fuego» acabó estrellándose en la taquilla para acabar convirtiéndose en película de culto con el paso de los años y en una de las cintas más apreciadas de un Walter Hill hoy convertido en reliquia de una forma de entender el cine de acción (o, mejor dicho, el cine en general).

Los títulos de crédito ya nos advierten de que la película será «Una fábula de Rock n’ Roll en otro tiempo y otro lugar», advirtiendo así del carácter fantasioso de la historia. Un mundo que mezcla elementos de los años 50 (los coches, los «diners», las bandas de macarras, la música instrumental de Ry Cooder) con otros más puramente ochenteros (las canciones, los neones que iluminan la noche) y que le sirve a Walter Hill para hacer una mezcolanza de géneros: el cine de acción, el musical y el cine del Oeste que Hill tanto ama. Basta con ver el nombre de su protagonista, Cody, (el nombre del mítico «Buffalo Bill»), recién salido de «La Guerra» (¿de Secesión?). O realizar el ejercicio mental de sustituir la ciudad por el típico poblado del Oeste, a los policías por ineficaces sheriffs, a los malvados moteros por jinetes o a los bares por «saloons» con sus bailarinas y cantantes. «Calles de Fuego» cuenta con un comienzo explosivo rodado con energía, con Ellen Aim (la bella Diane Lane) en pleno concierto rodado como si del videoclip ochnetero más lujoso se tratase y siendo secuestrada por Rave Shaddock (Willem Dafoe ya demostrando ser experto en tipos turbios en su primer papel en Hollywood) y sus secuaces. El anterior novio de Ellen Aim, Tom Cody (Michael Paré en el principio y fin de su carrera, condenada a series «B» varias) entrará en acción pagado por el novio y manager de la cantante (Rick Moranis), yendo hacia el rescate con la ayuda de la dura McCoy (Amy Madigan).

Si Hill se propuso hacer la película de adolescentes definitiva, quizás no lo consiguió en lo que a taquilla se refiere, pero sí consiguió una cinta de justo culto en líneas generales: hay acción, tiros, explosiones y peleas épicas a martillazos para los que quieran acción, besos apasionados bajo la lluvia para quienes busquen amor, coches, héroes y heroínas de una pieza, un diseño de producción para admirar y que acaba siendo otro de los protagonistas de la película y excelente música atronadora y operística (característica de las producciones de Jim Steinman) en el principio y epílogo, música «rockabilly» y «blues» de perfecto acompañamiento para Cody y clásicos de los 80 a cargo de Dan Hartman y The Fixx. Pero lo que acaba uniendo todos esos elementos es la dirección de un Walter Hill que, pese a estar influenciado por los videoclips de la época (ésta película, junto con «Purple Rain», son dos ejemplos de libro para enseñar la estética de la MTV en los 80), acaba dando un aliento clásico a la acción, sea a base de clásicas cortinillas que actúan como transición entre escenas o dirigiendo peleas a hostia limpia a la vieja usanza. Hill acabó logrando el western definitivo para los adolescentes de los 80. No es poco.

This is not music, this is a trip: un repaso a la carrera de Prince

prince78Los 55 años que acaba de cumplir Prince Rogers Nelson merecen la ocasión de repasar por alto una larga carrera. Músico, cantante, compositor, productor, arreglista, intérprete de casi todos los instrumentos que utiliza en sus discos, visionario en lo musical en los años 80 y en lo que se refiere al uso de Internet para promocionar su obra y a los derechos de los artistas frente a las multinacionales en los años 90, polémico, director de cine nefasto, cazatalentos más o menos afortunado de nuevos artistas con especial predilección por las féminas de buen ver, reciclador de las fuentes musicales de sus maestros (Sly Stone, James Brown, George Clinton, Miles Davis, Santana, etc) para pasarlas por su filtro y leyenda en vida de las que creen todavía en el poder de los instrumentos reales y el directo sin trucos en la época de los Justin Bieber y compañía. Todo eso y mucho más es Prince, quien si bien en la actualidad y desde hace unos cuantos años no anda muy bien de creatividad, tampoco sería justo pedirle que vuelva a producir las obras maestras de los años 80.  Sí que fuera algo más autoexigente en lo que a la calidad de sus temas se refiere. Pero, con todo, bien se merece este modesto homenaje repasando su discografía oficial. La de un artista que raras veces miró hacia atrás a sus grandes éxitos, intentando aportar algo nuevo.

Prince_ForYou-1FOR YOU (1978)  Convirtiéndose con 19 años en el productor más joven que haya fichado Warner Bros. Records (era la única compañía que le permitía autoproducirse, aunque le impusieron a Tommy Vicari, productor de Santana, para que lo vigilase) y sobrepasando el tiempo y presupuesto asignados, el de Minneapolis debuta con buena nota aunque el público no se muestra excesivamente interesado por el disco. El tono de las canciones es a veces excesivamente sacarinoso en temas como My Love is Forever o In Love, temas con los que la compañía pensaban que tenían en sus manos a un nuevo Stevie Wonder al que poder controlar pero que también mostraba un lado sátiro y libinidoso en Soft n’ Wet (I got a sugarcane that i wanna lose in u/ Baby, can u stand the pain?) que le permitió asomarse tímidamente a las listas de éxitos. Otros momentos destacables incluyen la dulce balada sobre embarazos no deseados Baby, la acústica Crazy You, el dueto consigo mismo Just as Long as We’re Together o el final guitarrero con I’m Yours  que ya avanzaba que Prince sería todo un «guitar hero». El fracaso del disco le hizo pagar la novatada pero el de Minneapolis aprendería cómo usar el estudio de grabación, a pulir sus composiciones y a trabajar más rápido. Y a dejar de peinarse a lo Jackson 5.

prince_prince1979PRINCE (1979) A Prince le dieron el temido ultimatum de «o apareces con un éxito o te mandamos de vuelta a Minneapolis«. Naturalmente, la Warner tuvo su éxito: I Wanna Be Your Lover  fue un éxito en las listas de música negra y mainstream y Prince pudo respirar tranquilo con su segundo disco, del que casi uno puede afirmar que constituye su verdadero debut siendo For You un simple aperitivo para calentar motores. Why You Wanna Treat Me So Bad? (con un memorable solo de guitarra), Sexy Dancer o el I Feel for You que años más tarde resucitaría la carrera de su íntima amiga Chaka Khan están hechas para triunfar al mismo tiempo que demuestran la calidad como hombre-orquesta del pequeñín. Si en el anterior disco ya asomaba la lascivia con Soft n’ Wet, con el tema Bambi sobre un hombre (¿Prince?) descubriendo que su novia le engaña con otra mujer nos confirmaba lo mucho que le gustaba el mundo del sexo guarrindongo (y encima en la contraportada se le podía ver cabalgando desnudo sobre un pegaso). Como colofón una excelente balada tristona, I’ts Gonna Be Lonely. El resto del disco es pasable siendo muy generoso. Prince comenzaba a dar sus primeras actuaciones, a aparecer en televisión y a tener ideas para producir a grupos de amiguetes como Morris Day & The Time. La Warner pensaba que hizo una buena inversión en el de Minneapolis.

prince-dirty-mindDIRTY MIND (1980) La cara de esos mismos ejecutivos cuando escucharon por primera vez Dirty Mind fue todo un poema. Una colección de demos grabada en el sótano de la casa de Prince en Minneapolis, influenciadas por la emergente new wave y escena punk de Los Angeles y que hablaban de sexualidad pura y dura con temas que lidiaban con el sexo oral y el incesto no parecía lo más conveniente para que formasen parte de un disco. Aún así los ejecutivos dieron luz verde al álbum y se confirmó lo que temían: Ventas escasas. Con lo que no contaban fue sería elegido en el top 10 del año en multitud de publicaciones y que con el tiempo se convertiría en la que es considerada la primera obra maestra de Prince. De clásicos como el tema que da título al disco, Do It All Night, Head o Sister  ya se han escrito sobre sus virtudes y lascividad en numerosos artículos. De lo que no se suele hablar es que, aparte del legendario tema de desamor When You Were Mine, también había espacio para el tema triste de amor como Gotta Broken Heart Again, el himno a la libertad individual y a su amada Minneapolis Uptown o el himno pacifista Partyup cortesía de su buen amigo Morris Day. 30 minutos escasos que valen por 100. Aunque comprendo que la portada pueda echarles un poquito para atrás si aún no escucharon el disco.

princecontroversy-1CONTROVERSY (1981)  La misión de conquistar a la crítica ya la había logrado. Ahora quedaba convertirse en estrella, aunque antes había que perfeccionar lo que se llamaría «sonido Minneapolis» profuso en baterías electrónicas y teclados. Entendido como bisagra entre el atrevido Dirty Mind y el exitoso 1999, Controversy nos sigue ofreciendo la obsesión por el sexo del anterior disco con las más pulidas en el estudio Sexuality (cuántas verdades dice en el sermón final), el baladón épico Do Me, Baby lleno de jadeos y orgasmos en su tramo final, la futura versioneada por LaToya Jackson (¡glub!) Private Joy, el que tendría que ser todo un clásico en las salas de striptease de USA con su adictiva linea de bajo Let’s Work o la oda final al onanismo que no desentonaría en el Dirty Mind Jack U Off. Pero el de Minneapolis comenzaría a hablar de temas sociales y reflexiones sobre cómo debieran ser las cosas con la contundente y pegadiza reflexión sobre sí mismo y los rumores que lo rodeaban Controversy, el himno antinuclear de minuto y medio Ronnie Talk to Russia y la envuelta en una maraña de teclados Annie Christian, sobre el demonio y sucesos de candente calidad por aquel entonces (la muerte de John Lennon o los asesinatos en Atlanta de unos niños). Lástima que quedase ensandwichado y semiolvidado entre el Dirty Mind y 1999 porque es un álbum necesario no ya para amantes del de Minneapolis sino para cualquiera que eche en falta creatividad no reñida con comercialidad en estos tiempos que corren.

prince-album-19991999 (1982) El reinado púrpura en los 80 entró como un elefante en una cacharrería en las listas de éxitos, en conciertos y en la por aquel entonces en pañales MTV para que la música no volviera a ser la misma. Con 24 años parecía que Prince reinventase la música negra (mejor dicho: la música en general) tras explotar hasta la saciedad sus sintetizadores y cajas de ritmos para crear el primer disco pop del Siglo XXI y dejar estupefactos a puretas, dinosaurios, maestros (léase George Clinton o James Brown) y público en general. Ya sólo con los tres primeros temas le daban para ser leyenda y de paso arrasar en ventas con 1999, Little Red Corvette y Delirious, dejando así espacio para temas épicos como Let’s Pretend We’re Married, D.M.S.R, Automatic (¡nueve minutos!) o Lady Cab Driver. Y todavía le dió tiempo para grabar la balada sensual marca de la casa International Lover, la muy irónica All the Critics Loves U in New York  y, sobre todo, un montón de temas descartados que inexplicablemente no salieron a la luz oficialmente y de calidad parecida a los temas finalmente publicados en el álbum como Turn It Up, Do Yourself a Favour o el viaje lisérgico de 10 minutos Purple Music. Si alguna vez soñaron con la banda sonora ideal para un Blade Runner  negro, aquí la tienen.

Prince-Purple-RainPURPLE RAIN (1984)  Todo el mundo sabe ya que el día que fine, las dos palabras que van a aparecer al comienzo de los obituarios serán la del disco que rubricó su inmortalidad y con el que sus obras más recientes serán comparadas en debates estériles. Un Prince decidido no ya a ser estrella, sino supernova, creó una película, gira y disco calculados al milímetro para lograr sus sanos propósitos. Lo consiguió y posiblemente con más éxito de lo que él en un principio esperaba. La mítica When Doves Cry carente de todo bajo y número 1 durante 6 semanas en USA fue sólo el aperitivo. Lo que vino después fue una obra maestra que lo hubiera sido aún más de no haber quedado reducidas en su duración original Let’s Go Crazy y, sobre todo, Computer Blue. Una colección de nueve temas listos para arrasar en ventas sin renunciar a la experimentación de los que servidor destacaría, incluso por encima del justamente inmortal tema que da título al disco, The Beautiful Ones, un desgarrador lamento de amor que merecía ser single y exitazo. Hasta las caras B como Erotic City, 17 Days o God podrían pertenecer al disco y en los dos primeros casos salir como singles. Obra maestra absoluta.

princearoundAROUND THE WORLD IN A DAY (1985)  Cuando acabas de conquistar el mundo con un disco, el público pide para el próximo más de lo mismo. Si acaso, cambiando un poquitín los ingredientes para obtener la receta para el éxito continuado. Prince decidió hacer lo contrario. Sin prácticamente nada de promoción y sin la fanfarría que acompañó al lanzamiento de Purple Rain, el de Minneapolis se sumergió en la psicodelia más Sgt.pepperiana y espiritual sin olvidarse de la comercialidad con su Raspberry Beret que ayudó a las ventas del disco y el Pop Life dirigido a sus ex-amigos Vanity y Morris Day a propósito de los malos hábitos de vida que llevaban. Coqueteos con lo oriental en el tema homónimo, idealización de un mundo mejor en Paisley Park (futuro nombre de su estudio de grabación-santuario), balada delicada al piano en Condition of the Heart, patriotismo y comentarios sociales a ritmo de rock controlado en America, simpáticos coqueteos sexuales en Tambourine, una vuelta a los territorios del tema Purple Rain incidiendo más en el acento gospel en el The Ladder co-escrito con su padre John L. Nelson y para cerrar todo una joya de 8 minutos del blues más salvaje en Temptation, explorando la dicotomía sexo-religión sobre la que giraba buena parte de su obra. A muchos les pilló con el pie cambiado la decisión de Prince de explorar otros territorios musicales y, si bien no puede tildarse de fracaso comercial, sí que quedó semiolvidado entre tanta obra maestra de los 80.

prince-parade-music-from-the-motion-picture-under-the-cherry-moonPARADE (1986) Como la película de Purple Rain  fue un exitazo y Prince estaba en disposición de hacer lo que se le antojara, decidió poner en marcha su segunda película, Under the Cherry Moon. Las cosas salieron muy mal saldándose con un sonoro batacazo en taquilla y críticas demoledoras. Centrándonos en el disco de la película, comprobamos que el de Minneapolis no ha perdido sus ansias de innovar y experimentar tras oir los cuatro primeros cortes que van del tirón (Christopher Tracy’s Parade, New Position, I Wonder U y Under The Cherry Moon), dando comienzo casi en realidad con la adictiva Girls & Boys. Buenos singles como Mountains y Anotherloverholeinyohead dan a la Warner la tranquilidad necesaria entre veleidades como el instrumental melancólico Venus de Milo o la vodevilesca Do U Lie?, regalando para el final un clásico entre los fans: la acústica Sometimes It Snows in April, hecha en colaboración con Wendy & Lisa y que es posiblemente su tema tristón por excelencia. No me olvido de Kiss, el segundo tema que aparecerá con toda probabilidad en el titular de su futuro obituario y que dejó prestado a la banda Mazaratti hasta que se dió cuenta de lo bueno que era y les reclamó la copla en cuestión con los arreglos ya hechos por el grupo. En Europa se apreció mucho mejor la visión en blanco y negro del universo Prince en contraposición con los colorines del anterior disco y hasta allí se fue con The Revolution de gira deteriorándose irremediablemente la relación con sus escuderos y colaboradores de Around The World in a Day y Parade.

princesignSIGN ‘O’ THE TIMES (1987)  ¿Que la compañía de discos no te deja publicar tres discos en un año por miedo a saturar el mercado y tienes problemas con tu banda? Sin problema. Se despide a casi toda la banda y escoges lo mejor de cada disco para crear un doble álbum. En realidad las cosas para Prince no fueron tan sencillas como acabo de describir, pero ya había dicho que esto no iba a ser un estudio pormenorizado de su obra, ¿no? Pregunten a casi cualquier fan de Prince sobre cuál es su disco de cabecera y les dirá con celeridad esta obra maestra donde Prince toca prácticamente todos los palos, desde trip-hop concienciado (Sign O’ The Times) o para divertirse (Housequake), rock evangélico a lo Hendrix (The Cross), baladas dulces (Adore, incomprensiblemente no publicada como single) o jazzies (Slow Love), minimalismo donde menos es más (Forever in my Life, The Ballad of Dorothy Parker, If I Was Your Girlfriend con la voz alterada de Prince en el «papel» de su alter ego femenino Camille), singles rompepistas (U Got the Look), sexo aliñado al sonido Minneapolis (Hot Thing, It) himnos optimistas (Play in the Sunshine, la bomba en directo I’ts Gonna Be a Beautiful Night) hasta llegar a la psicodelia de color de rosa con Starfish and Coffee. Prince se convirtió en eterno y casi hasta con carta blanca para hacer bodrios durante el resto de su vida después de tamaño derroche creativo. Para redondear la experiencia se recomienda encarecidamente la película-concierto del mismo título para ver cómo se monta un show de antología. Muchos de los futuros productores de moda y artistas tomarían buena nota de este incunable. Imprescindible.

princeblackBLACK ALBUM (1987) ¿Que tus «hermanos» negros del barrio te dicen que desde que te convertiste en estrella eres un vendido y perdiste tus raíces de color negro, les demuestras que puedes ser tanto o más negro y funkarra que ellos con un álbum que será entendido como la Biblia del Funk, la compañía de discos se encuentra aterrada ante lo muy inviable del disco y tienes una crisis de conciencia sobre el contenido de algunas letras (más bestias que de costumbre, todo hay que decirlo: mira tú que encarnar en una de ellas a un chuloputas que planea cargarse a una de sus «currantes») amén de tener unas paranoias de padre y muy señor mío quizás regadas con pastillas de colores y no de Lacasitos precisamente? Sin problema. Se retira el álbum de las máquinas prensadoras de discos a pocos días de su lanzamiento y así se convierte en uno de los discos pirateados más vendidos de la historia. Para cuando Prince decidió publicarlo oficialmente en 1994 para así salir de la Warner cuanto antes, las reseñas fueron poco atinadas sin enmarcar el disco en su contexto y así fueron las ventas para cuando todo quisque tenía el disco por casa. De haberlo sacado en su momento habría ido seguramente mal comercialmente pero con fans acérrimos y críticos babeando ante el funk sin adulterar de jam sessions como 2 Nigs United 4 West Compton, divertimentos para la pista de baile como Le Grind, Supercalifragisexy o Cindy C. (¿basada en hechos reales?), parodias del gangsta rap como Dead On It y la tan controvertida Bob George y un poquito más de psicodelia para cerrar con Rockhard in a Funky Place. Por ahí en medio entre tanta negritud pululaba la minimalista balada When 2 R In Love, de gran calidad en verdad pero que no encajaba muy bien en el tono del disco. Prince acertaría rescatándola para su disco de «penitencia».

prince-lovesexyLOVESEXY (1988) Si en el Black Album  todo era oscuridad y mal rollo en la vida de Prince, aquí tendríamos el renacer en lo espiritual (véase la impagable portada cortesía de Jean-Baptiste Mondino que me costó más de una mirada sospechosa y risotadas a mi costa en casa) de Prince con temas más positivos y centrados en la lucha entre el bien y el mal. En USA no lo entendieron y el disco fue una buena bofetada en ventas y críticas. ¡Fin de ciclo! exclamaría más de uno. No fue así en Europa, con cuyo público tuvo un bonito idilio comercial durante una buena temporada. Los nueve temas metidos en su versión CD en un solo corte (en ediciones posteriores se pasó olímpicamente del capricho de Prince) para ser digeridos del tirón ofrecían el comienzo con I No estableciendo el hilo conductor de reflexión sobre lo terrenal y lo espiritual, los ya clásicos singles confeccionados para arrasar en listas (Alphabet St.-obra maestra-, Glam Slam), la rescatada del Black Album When 2 R In Love, algo de reflexión sobre temas sociales mientras se baila en la pista (Dance On), la balada confesional y clásico entre los fans Anna Stesia, funk de calidad con el tema homónimo o el cierre extrañamente inquietante con Positivity y las palabras de Ingrid Chavez que servían también para comenzar el disco-Rain is wet...-.El tema más corto resulta ser mi favorito del álbum y posiblemente uno de los mejores de toda la carrera del artista: I Wish U Heaven. Una pequeña maravilla.

Prince-Batman-SoundtrackBATMAN (1989) Abundaban los rumores de que el de Minneapolis andaba en números rojos tras el fiasco de Lovesexy  y de la costosísima -y quizás su mejor- gira posterior y que andaba buscando un proyecto seguro. Cuando los de la Warner le invitaron a pasarse por el plató de la adaptación de Batman llevada a la gran pantalla y le ofrecieron allí mismo componer canciones para la película, no se lo pensó dos veces a la hora de decir si. Yendo sobre seguro, logró alegrar a los de la Warner cuando el álbum fue derechito al número 1 en aquel verano del 89 y decepcionar un poco a sus seguidores más críticos con un disco diseñado para venderse como rosquillas y poco espontáneo u original. Dejando de lado bodrios como Lemon Crush o el muy empalagoso dueto con Sheena Easton The Arms of Orion, se pueden rescatar cosas. Adoptando las personalidades de Bruce Wayne/Batman y el Joker, Prince comienza bien con la irónica The Future y el guitarreo de Electric Chair para seguir con la oda a Jack Nicholson Partyman, la pegadiza Vicki Waiting o el pasable siéndo benévolo numerito marchoso Trust. La balada compuesta al lado de su padre Scandalous eleva mucho la estima del disco que se cierra con el exitazo Batdance, calculado collage de diálogos, cambios de ritmo, samplings y guitarreos que le lleva a liderar las listas de éxitos incluso en nuestro país. Para alguien que no sea fan de Prince y que no exija mucho a la hora de medir el nivel de calidad puede pasar para empezar a aficionarlo al mundo púrpura. El resto puede dormir a pierna suelta no sin antes grabar los temas que merecen la pena mientras el señor de la noche vigila la ciudad.

princegraffiti GRAFFITI BRIDGE (1990) Demasiado animado tras arrasar con Batman, Prince lo intenta de nuevo en el cine con las promesas de hacer una especie de secuela de Purple Rain. Las cosas salieron igual de mal (o peor) que con Under the Cherry Moon. Y con el disco de la película en USA lo mismo. Quizás si hubiera prescindido de las apariciones de de The Time (Release It, Love Machine y el excelente The Latest Fashion), sus admirados y protegidos Mavis Staples (Melody Cool) y George Clinton y de la promesa Tevin Campbell (Round and Round) y el disco hubiera consistido únicamente en sus canciones (compuestas la mayoría desde tiempo antes de tener listo el disco) hubiera funcionado mucho mejor. Más vapuleado de lo que en realidad merecía, volvemos a encontrar gran calidad en la balada bluesy The Question of U, Elephants and Flowers, Joy in Repetition con una guitarra memorable, el dueto con Clinton We Can Funk, el buen single Thieves in the Temple o la solemne Still Would Stand All Time. Los problemas llegan con las mecánicas New Power Generation Partes I y II o la canción del mismo título que el disco que quiere recordarnos los musicales de Broadway y que acaba por ser de lo peorcito hecho por Prince. Quizás demasiado ambicioso hasta para el ego del protagonista de estos posts. Para el próximo disco tendría que apostar sobre seguro.

princeDiamonds-And-Pearls3 DIAMONDS AND PEARLS (1991) Y tan seguro tuvo que apostar que éste disco y sus singles se vendieron como rosquillas aliviando tensiones entre la Warner y Prince…por poco tiempo. Cuidadas composiciones, producción sobresaliente y riesgo cero para un muy disfrutable disco que sirvió de introducción a su nueva banda New Power Generation. Los singles Gett Off y Cream están hechos a posta para triunfar mientras que la balada que da título al disco es una maravilla a la que ayuda la presencia de Rosie Gaines. Money Don’t Matter 2night con su aire reivindicativo y ambiente de club nocturno es una obra maestra que ha pasado desapercibida. Menos afortunados son los coqueteos con el rap cortesía de Tony M. en un intento por ganarse al público joven de aquel entonces con la simpática siendo benévolo Jughead o Push. Thunder (supuestamente inspirada en aquella mala noche donde decidió retirar el Black Album) y Daddy Pop son una correcta introducción al álbum. Insatiable es una predecible balada sensual marca de la casa que no pasa del aprobado raspado. Afortunadamente ahí tenemos la jazzie Strollin, el cierre con Live 4 Love o el sensacional himno optimista Willing and Able para elevar la calidad del disco. Fue su último momento de tranquilidad con la Warner antes de que llegasen tiempos turbulentos de «chaos and disorder».

princelove THE LOVE SYMBOL ALBUM (1992) Si hay un disco donde Prince demuestra su versatilidad en todo tipo de géneros es sin duda en la que es su obra maestra de los 90. De nuevo con la New Power Generation, Prince arrasa con todo con la contundente My Name Is Prince, un «este soy yo» que aún hoy suena impresionante. El homenaje a James Brown Sexy M.F, las rompepistas The Max y The Continental, el reggae Blue Light, los flirteos con el techno I Wanna Melt With U, las baladas con el mejor falsete jamás registrado de Prince Sweet Baby, Damn U y And God Created Woman, magníficos temas con cambios de ritmo imprevisibles como Love 2 the 9’S, singles como The Morning Papers o la apocalíptica 7, el homenaje al Bohemian Rhapsody de Queen 3 Chains O’ Gold, divertimentos como Arrogance y The Flow o el cierre autobiográfico The Sacrifice of Victor forman parte de un álbum imprescindible entendido como una Ópera Rock con presencia de Kristie Alley que se desarrollaría con más profundidad en el video-colección de videoclips 3 Chains O’ Gold. Aquí sería donde Prince entablaría relación con la bailarina de la banda Mayte García y que sería su musa en éste y más discos al mismo tiempo que comenzaría su legendario cabreo con la Warner, entre otros motivos, por la mala promoción del disco.

princethehits THE HITS 1 Y 2/ THE B-SIDES (1993) Después de tanto tiempo dando la tabarra, la Warner por fin tuvo su tan ansiado «Grandes Éxitos» de Prince. Claro que fue poco tiempo después del tan sonado cambio de nombre por un impronunciable símbolo, producto de muchos factores demasiado largos de explicar para ser contados en estas líneas. Los dos discos de éxitos son buenas selecciones de lo más representativo de Prince, si bien al die hard fan le puedan saber a poco, aunque se incluyó una versión en directo del Nothing Compares 2 U que hiciera popular Sinead O’ Connor y las inéditas Pink Cashmere, Pope y la joya Peach, un homenaje a Marc Bolan y T-Rex y su Get It On que sirvió de sintonía al menos ponzoñoso de los programas del corazón de este país. Lo verdaderamente interesante para el aficionado venía en el disco The B-Sides, las caras B de sus singles por fin disponibles en CD. Allí se encuentran aparte de las del Purple Rain joyas como Gotta Stop (Messin’ Around), Shockadelica, She’s Always in my Hair, How Come You Don’t Call Me Anymore, la contribución a USA for Africa 4 the Tears in your Eyes o Another Lonely Christmas. Para el final el tema inédito Power Fantastic que supone una joyita. Seguramente ahora que Prince es independiente y ya no tiene que rendir cuentas a discográfica alguna resultará harto improbable que vuelva a dar su autorización para una recopilación de este calibre.

Prince_ComeCOME (1994) En un principio y como podemos ver en la portada el último disco con su nombre. Al menos hasta que su situación con la Warner se arreglase. Ventas malas y críticas peores mientras Prince arrasaba con el single independiente The Most Beautiful Girl in the World, lanzaba por fin el Black Album y se quejaba de que la Warner no le dejaba sacar al mercado el disco Gold («el Purple Rain de los 90» afirmaba sin tapujos) con su simbolito. Con más calidad de lo dicho en su momento, Come se iniciaba con una infecciosa jam session de 11 minutos del mismo título que el disco para dar paso a las etéreas Space y Pheromone, el techno salvaje en Loose!, la denuncia contra abusos sexuales paternos (mucho se debatió sobre si el tema tenía componentes autobiográficos) Papa, cuestiones sobre la raza a todo ritmo con Race, la balada nightclub Dark, el experimento a capella Solo o el buen single Letitgo que no bastaron para triunfar aún siendo en general buenos temas. Impagable el broche final con Orgasm: sampleado del solo de guitarra distorsionado de Private Joy, olas del mar y una grabación de los 80 de Vanity ¿fingiendo? un orgasmo. Como para que le dé un día por husmear que hacía su ex-amante mientras ella intenaba salir del pozo. Más contentos tuvieron que estar los barceloneses cuando vieron en la contraportada a un Prince reflexivo enfrente de La Sagrada Familia.

prince-The20Gold20Experience THE GOLD EXPERIENCE (1995) Desde que Prince anunciase que tenía un disco llamado Gold que no le dejaban publicar hasta que por fin vió la luz con el nombre The Gold Experience, la expectación que rodeó este futuro lanzamiento se desvaneció poco a poco, varios de los temas fueron sustituidos por otros y la producción del disco sufrió grandes modificaciones. ¿Sobreproducido? Es posible. Pero con todo, el álbum es otra maravilla de los 90 que debiera haber sido un superventas. Más miradas al mundo del sexo con la apertura P Control, el tema definitivo para strippers como así entendió el gran Paul Verhoeven al incluirlo en Showgirls 319 o la inmensa balada Shhh, números rockeros como Endorphinmachine o la excelente Dolphin, orgullo black power con We March, otra versión del homenaje al sonido Philadelphia Most Beautiful Girl incidiendo en la batería, jams como Now o Billy Jack Bitch, el infravalorado tema en acústico Shy, el poderoso tema de (des)amor I Hate U y, para acabar, el Purple Rain de los 90 como había prometido Prince: la contundente e incomprensiblemente no un éxito Gold con el de Minneapolis de nuevo como guitar hero. Un excelente disco que, según como servidor tenga el día, lo incluiría en el top 5 principesco. ¿Quién dijo que los 90 fueron un desastre en lo artístico para Prince?

princechaosCHAOS AND DISORDER (1996) Hay quien dice que lo hizo malo aposta para librarse de la Warner. Incluso el propio Prince reconoció que lo hizo aprisa y corriendo con viejas composiciones que ya tenía en sus legendarios archivos. Aunque hoy olvidado, C&D es una inmejorable introducción para acercarse a Prince si a uno lo que le van son las guitarras, el rock y el blues. El tema del mismo título que el disco, I Like It There, Zannalee o The Same December  son las canciones por las que tienen que ir de cabeza aquellos rockeros de pura cepa mientras que a aquellos que no tengan predilección especial por las Fender tienen en el álbum cosas melosas como Into the Light o I Will. Más cercanas al universo púrpura son I Rock, Therefore I Am (con algo de scratch y la agradecida presencia de Rosie Gaines) y Dig U Better Dead. Lástima que el buen single Dinner with Delores se hundiera en listas para acabar de manera tan triste con la Warner. El cierre surrealista con Had U  acaba por bajar algo la nota al disco, pero no se fíen de los que les digan que es un bodrio. Me temo, eso sí, que Prince jamás dará su autorización para comercializar un Guitar Hero basado fundamentalmente en este disco. Con lo mucho que le gusta el dinero.

princeemancipationEMANCIPATION (1996) Comprendo que piense que tres discos de una hora cada uno de material nuevo son demasiado y que quitando canciones de relleno podría haber quedado un sólo álbum (o doble como mucho) magnífico. Y también entiendo que si se animó a escuharlo se haya quedado un pelín decepcionado sobre todo cuando su autor lo encumbró al máximo («Quizás sea mi Ciudadano Kane«). Pero esta triple celebración de su libertad discográfica, su matrimonio con Mayte y el inminente nacimiento de su hijo (aunque tristemente acabó en tragedia al morir al poco de nacer) es de muy notable calidad en lineas generales y resulta un magnífico testimonio de la gran racha creativa de aquella época de Prince. Había temas donde se palpaba el resquemor contra la industria (White Mansion, Slave, Face Down), pero eso era de lo poco cabreado que estaba Prince en el disco. Diversión en Jam of the Year, Sex in the Summer, Get Yo Groove On, Style o Sleep Around, almíbar en One Kiss at a Time, Dreamin’ About U, Saviour o Friend, Lover, Sister, Mother/Wife, joyas minimalistas del calibre de Soul Sanctuary, Let’s Have a Baby o My Computer (con Kate Bush por allí), la sentida petición de reconciliación a Wendy & Lisa In This Bed I Scream, la despedida desoladora a Jonathan Melvoin (hermano de Wendy muerto por sobredosis) The Love We Make y, sorpresa sorpresa, versiones de otros artistas sabiendo lo poco que le gusta al de Minneapolis hacerlas en un disco de estudio: Betcha by Golly Wow!, I Can’t Make U Love Me, La La La Means I Love U y el One of Us de Joan Osbourne. Más que Ciudadano Kane, dejémoslo en Mr. Arkadin.

princecrystalCRYSTAL BALL/ THE TRUTH/ KAMASUTRA (1998)  La idea, al menos sobre el papel, era muy buena: para evitar la proliferación de grabaciones piratas de sus temas inéditos, Prince decide obsequiar a sus fans con un triple CD de material que no vió la luz oficialmente. No sólo eso, sino que en el set venía incluido un nuevo disco de temas acústicos como regalo.Es más, en una época donde Internet aún estaba algo verde en lo que a ventas on line se refiere, él sería el primer gran artista que vendería este material a través de su página web. Los fans todo ilusionados y venga a pedir el disco por la red de redes. Los cuatro CDs les llegaron con muchos meses de retraso…y cuando ya estaban en las tiendas de discos. Añadan al agravio un diseño horrendo y sin letras ni listado de canciones (había que ir a la web a imprimirlo y cortarlo…) y, sobre todo, el hecho de que incluía remixes de temas antiguos muy innecesarios y paranoias varias como la improvisación de 15 minutos Cloreen Baconskin y ya se pueden imaginar los hermosos epítetos dedicados a la familia de Prince. Los temas inéditos «de verdad» consistían en los sobrantes de la época Sign O’ The Times (Crucial, Dream Factory, Movie Star) y sobre todo de mediados de los 90 como el excelente reaggae Ripopgodazippa, Acknolwledge Me, la versión en directo del clásico principesco Days of Wild o la dulce balada hecha especialmente para su participación en el show de los Teleñecos She Gave Her Angels. The Truth resulta ser un muy apreciable postre con buenos temas como Circle of Amour, Dionne, Animal Kingdom o Man in a Uniform que quizás hubiera funcionado algo mejor si lo hubiera publicado por separado. Para intentar apaciguar los ánimos de los que ya habían pedido el set por Internet, Prince incluyó otro CD adicional: Kamasutra, la música instrumental que sonó en su boda con Mayte. Para olvidar. Y ya sé que un disco sólo por ese nombre tendría que ser bueno por narices.

princenewpower NEWPOWER SOUL (1998) Aunque en la portada se anuncie como un disco de la New Power Generation, es de facto un disco de Prince que el de Minneapolis promocionó por activa y por pasiva en teles y magazines especializados (nunca dió tantas entrevistas como en aquella época). Pero los palos recibidos por crítica y público en general que ya veían en Prince a un frikazo acabado repercutieron en las ventas y hundieron aún más su ego. Y eso que había hecho un álbum diseñado para recuperar popularidad perdida y había buenos temas para escoger: Mad Sex, Shoo-Bed-Ooh, Push It Up!, Come On, la sobresaliente balada The One o la inquietante hidden track Wasted Kisses reciben de mi parte un thumbs up. Claro que por el otro lado tenemos cosas tan predecibles y por debajo de la calidad habitual como el tema del mismo título que el disco, la demasiado empalagosa hasta para Prince Until U’re in my Arms Again, (I Like) Funky Music o las correctitas When U Love Somebody y Freaks On This Side. Menos mal que la gira que siguió al disco alegró más al de Minneapolis.

Prince_Vault THE VAULT…OLD FRIENDS 4 SALE (1999) Para librarse por fin de los últimos flecos de su contrato con la Warner y sin mover un solo dedo para impedir su publicación sale a la venta un recopilatorio de 10 temas grabados entre 1985 y 1994 innecesario para el die hard fan que ya los consiguió por otros métodos pero que para el resto se puede considerar aceptable. Por allí andan la versión primigenia del 5 Women que luego cedería a Joe Cocker, la versión larga y jazzie de 8 minutos del She Spoke 2 Me cedido para la banda sonora de Girl 6 de su amiguete Spike Lee, el nightclubesco When the Lights Go Down de 7 minutos, la versión pulida en estudio y con la letra modificada de Old Friends 4 Sale (la original hacía referencia a problemas varios con la gente de su entorno circa 1986) y material de puro relleno. Sin embargo ahí están dos temazos que merecen mucho la pena: It’s About That Walk, una delicia llena de buenas vibraciones y la balada con clase Extraordinary que cierra el disco. Pueden vivir perfectamente sin él aunque no sea del todo malo.

princerave RAVE UN2 THE JOY FANTASTIC (1999) Esta vez nada podía fallar para volver a lo más alto. Tras contemplar como un Carlos Santana al que muchos daban ya por acabado regresó por todo lo alto con el disco publicado por Arista Records y lleno de cameos de otras estrellas musicales Supernatural, Prince se pone en contacto con el mandamás de Arista Clive Davis y llega a un acuerdo para publicar un álbum también lleno de estrellas (Chuck D, Gwen Stefani, Eve, Ani DiFranco, Sheryl Crow) y donde en los créditos de producción veíamos a «Prince» con su verdadero nombre. Lo que se diseñó para ser un retorno triunfal se convirtió en testimonio de lo poco que le quedaba a su matrimonio con Mayte en temas acusatorios como el I Love U, but I Don’t Trust U Anymore, Silly Game, Man O’ War o el single The Greatest Romance Ever Sold, buenos temas en general sobre todo el primero, interpretado a piano. Ya en tono más alegre tenemos Rave (tema para Batman rescatado para el proyecto), Undisputed, el dueto rocker con Gwen Stefani So Far, So Please que incomprensiblemente no fue single, la muy alegre Baby Knows con Sheryl Crow a la harmónica (Prince tuvo a bien incluir en el disco su propia versión bailonga de Everyday is a Winding Road), o el tema de autoafirmación con flirteos techno Strange But True. Para el final quedan la joya Wherever U Go, Whatever U Do que tiene un aire a sobrante de mediados de los 80 y el hidden track y homenaje a James Brown Prettyman, con la colaboración estelar del legendario Maceo Parker. Aún siendo mejor de lo dicho en un principio, el álbum se hundió en ventas con Prince ofreciendo un remix del mismo en su web, separándose de Mayte y anunciando que una vez libre del todo con la Warner volvía a su verdadero nombre. Carpetazo final para esos tiempos de «chaos and disorder».

prince-the_rainbow_children THE RAINBOW CHILDREN (2001) Una vez «de vuelta» con su nombre y tras entretenerse durante el año 2000 en publicar temas por Internet y estudiar la Biblia con los Testigos de Jehová, Prince decide volver a sus raíces funkys y jazzies. Pero no será en un álbum convencional, sino en su propia oda a la secta contraria a las transfusiones de sangre. De eterno debate por el contenido de las letras y tildado de obra maestra/bodrio dependiendo al fan de Prince que pregunte, para mí un grandioso disco donde el de Minneapolis aparta las «maquinitas» y vuelve a un sonido más orgánico para un álbum conceptual sobre la eterna lucha entre el bien y el mal. Aunque bien podría haberse desprendido de la voz del narrador distorsionada que recorre el disco, en él encontramos temas de elevada calidad del calibre del homenaje a James Brown (y van…) The Work Pt.1, experimentos afortunados como Digital Garden, la pegadiza y reminiscente del Erotic City 1+1+1 is 3, las baladas con clase Muse 2 the Pharaoh y Mellow, el tema romántico dedicado a su nueva mujer Manuela Testolini She Loves Me 4 Me, la energía reivindicativa de Family Name, la marchosa reflexión sobre sí mismo The Everlasting Now (impagable el momento en el que la voz aflautada de un fan dice que ojalá Prince volviera a hacer música como la de antes…para ser respondido con un sonoro hostión) y, como colofón, el épico The Last December que forma parte de una especie de trilogía junto con Purple Rain y Gold con estructura parecida a la de estos dos temas. ¿El último disco redondo del todo del pequeñín? Quizás. La posterior gira One Nite Alone que quedaría registrada en un triple CD y un DVD en Las Vegas devolverían bastante prestigio a Prince con más de uno apuntando a un posible comeback por todo lo alto de cara a un futuro cercano.

prince-musicologyMUSICOLOGY (2004) Don’t u miss the feelin’ music gave ya/back in the day? La pregunta era bastante apropiada en los tiempos más basurescos musicalmente hablando para la generación criada por American Idol, O.T. o la MTV de ahora, críos que en la mayoría de los casos no se preocupan del glorioso pasado musical en el que vivían sus padres, y no sólo de música negra me temo. También es bastante posible que la pregunta se la hiciera a sí mismo y estuviera cansado de tanta independencia publicando discos instrumentales y canciones por Internet  y de ser «agua pasada». Así que, aliándose con Columbia Records y con temas comerciales y de confección artesanal old school, parecía que estábamos de vuelta a 1984 cuando Prince era el que cortaba el bacalao. Un gran triunfo en ventas como nunca tuvo desde Diamonds and Pearls, actuaciones estelares en los Grammys y el Hall of Fame y una gira histórica le inscribieron en la leyenda. Los highlights incluían temas tan animados como Musicology o Life O’ The Party, buenas canciones rockeras como A Million Days o Cinnamon Girl, baladas como en los viejos tiempos del calibre  de Call My Name (otra oda a Manuela Testolini) u On The Couch, recuerdos del Sign O’ The Times como What Do U Want Me 2 Do?, reflexiones sobre la era Bush y el mundo en general como Dear Mr. Man (lástima que se haga corto el tema) y el brillante cierre acústico Reflection. Un ejercicio nostálgico y triunfante en lineas generales.

Prince-3121 3121 (2006) Y después de ser declarado oficialmente una leyenda y sin nada que demostrar a estas alturas, ¿a vivir de las rentas sin esforzarse? Pues sí. O no, al menos en este caso en particular. Otros 12 temas como en Musicology destinados a triunfar aunque con algo más de riesgo como puede atestiguar el single Black Sweat, una vuelta a la máxima de menos es más de Kiss y que, sin llegar a la altura del tema ochentero, sí que acaba resultando un buen homenaje al sonido Minneapolis. Contra todo pronóstico, el tema latino Te Amo Corazón que en un principio prometía descojone a su costa acaba resultando una agradable sorpresa. Himnos rockeros como Fury, el elegante sobrante de Musicology Satisfied, el dueto con el proyecto de estrella Tamar (a la que las lenguas viperinas achacan el divorcio de Prince con Manuela Testolini) en Beautiful, Love & Blessed, el muy superior remix del tema de desamor publicado originalmente en Internet The Dance, la divertida Lolita, el r&b de probada eficacia The Word, el muy groovy tema que da título al disco o el cierre apocalíptico a ritmo de funky juguetón Get on the Boat son lo más destacado de un disco que gana con el tiempo y con el que su autor logró ser número 1 en ventas después de mucho tiempo. Concretamente desde Batman en 1989.

prince-planet PLANET EARTH (2007) Y tras seguir siendo una leyenda, ¿a vivir de las rentas sin esforzarse? Ahora sí que sí, aunque Prince no olvide su toque de contestatario de la industria musical al regalar el disco en Gran Bretaña a través de un periódico. Y miren que el artista tenía toda la buena intención del mundo con temas como Planet Earth, Mr. Goodnight, The One u Wanna C, Future Baby Mama o Resolution. Pero éstos resultan fallidos y/o muy flojos en lineas generales. Añadan que el single Guitar es pasable siendo benévolo y ya podemos añadir el álbum a la categoría de «poco recomendable». No obstante, cuatro son las joyas que hay que rescatar, empezando por la balada old school Somewhere Here On Earth, donde es imposible resistirse al falsete del de Minneapolis. O la demasiado corta para mi gusto All the Midnights in the World. O el funky de alta categoría Chelsea Rodgers. O el mejor tema del disco y retorno rockero con Wendy & Lisa Lion of Judah, el cual justifica por si solo la compra del mismo. Desde ya, clásico inapelable de Prince. El libro de fotografías + CD de sus actuaciones en Londres 21 Nights-Indigo Nights resulta ser de lo más destacable de esta época, aunque sólo aquellos sobrados de recursos económicos puedan permitirse el capricho.

princelotusLOTUS FLOW3R/ MPLSOUND (2009) Sin aprender de su fiasco con Crystal Ball, Prince insiste en Internet para vender otro triple CD aunque aquí comente dos al ser el tercero, Elixir, de su protegida y amante Bria Valente (tampoco se pierden mucho, la verdad). Otro fiasco en la red de redes que sirve para que sus fans se reboten aún más con él entre esto y su absurda política de censurar videos y actuaciones suyas por portales de videos. Ciñéndonos a la música, Lotus Flow3r es algo mejor que lo ofrecido en Planet Earth aunque tampoco sea para tirar cohetes. Encontramos gran calidad en su versión de Crimson & Clover, la excelente 4ever, la reminiscente de Purple Rain Colonized Mind, la infravalorada Love Like Jazz, el divertido $ o el homenaje a Hendrix que supone Dreamer. Aparte de eso, poca chicha que sacar salvo por temas que mejoran en directo como Feel Good, Feel Better, Feel Wonderful. El resto, manifiestamente mejorable. Como lo es el MPLSound, bienintencionado homenaje a sí mismo y al sonido que popularizó pero que acaba siendo un disco previsible y hecho sin energías creativas en lineas generales que hace bueno al Planet Earth y todo.

prince20ten 20TEN (2010) Y para cerrar esta serie de posts, otro retorno al sonido Minneapolis bastante más afortunado que MPLSound, concretamente a la era 1999. El aficionado más nostálgico posiblemente disfrute joyas como el inicio movidito con Compassion, la pseudosecuela de The Beautiful Ones Future Soul Song, enormes alegrías como Sticky Like Glue que bien podría haber sido un estupendo single, el falsete principesco en todo su esplendor en Walk in Sand y Sea of Everything o el Everybody Loves Me que bien podría haber sido una cara B del Controversy. El resto no pasa del aprobado raspado, si bien en lineas generales el disco da esperanzas a uno de que en años venideros aparezcan otros discos más redondos. Uno tiende a sospechar que Prince continuará por este sendero de nostalgia y que dificilmente reaparezca aquel artista que facturó no ya los clásicos discos de los 80, sino aquel del Love Symbol Album, Gold Experience o Rainbow Children. Pero puede dar la sorpresa cuando menos lo esperemos. Esperemos estar ahí para contarlo.

Timothy Carey

timothycarey

Artículo publicado originalmente en mi anterior blog.

El avispado fan de Stanley Kubrick seguro que reconoce su cara. Efectivamente, es el francotirador de Atraco Perfecto y uno de los soldados a los que Kirk Douglas deberá salvar del pelotón de ejecución en Senderos de Gloria. Como suele ocurrir, el talento de este buen hombre no se vió reconocido hasta tiempo después de su fallecimiento, cuando fue elevado a los altares del cine underground. En su apabullante paso por Hollywood fue golpeado por Elia Kazan, su trasero fue pinchado con un bolígrafo por el mismísimo Marlon Brando y Elvis quería a toda costa ver su única película como director. Tengo el placer de presentarles a Timothy Agoglia Carey, una vida ejemplar de libro.

careylocoEste hombre sin duda hubiera sido, por su peculiar físico (1’96 metros de altura) y rostro que no se olvida fácilmente, uno de los secundarios que no hubiera tenido problemas en el Hollywood clásico de los años 50 para tener papeles de malvado…si no fuera por su «curiosa» personalidad. Él mismo reconoció que tuvo dificultades para conseguir papeles por su volátil temperamento, lo que llevó al director Laszlo Benedek, que lo contrató para un papelito de malo en aquel excelente vehículo para lucimiento del Brando más chulo de título Salvaje a no querer que Carey se subiera encima de una moto, por miedo a que se le ocurriese atropellar a quien se pusiera por delante de su camino. Fue idea de Carey el que su personaje echara cerveza a la cara de Brando, lo que no hizo la más mínima gracia a la estrella. Tiempo después, un por aquel entonces amigo de Brando, Elia Kazan, acabó perdiendo los estribos en el rodaje de Al Este del Edén (Carey en la película amenazaba a otro astro salido del Actor’s Studio, James Dean). Harto de las perrerías de Carey, acabó dándole un sonoro bofetón en toda la cara. Richard Widmark tampoco se reprimió a la hora de sacudir a Carey en el rodaje de La Ley del Talión. En esa época, el bueno de Timothy hacía lo que podía para tener papelitos en superproducciones de los grandes estudios. Y si había que escalar los muros de la 20Th Century Fox vestido de caballero medieval para presentarse al casting de El Principe Valiente, como efectivamente hizo, se hacía. Aunque sus esfuerzos por conseguir papeles secundarios quedaban en papel mojado y, en consecuencia, tenía que ganarse el pan actuando en series B varias. Menos mal que un director neoyorkino supo ver su potencial como actor y no dudó en ficharlo para una película que estaba preparando sobre un atraco a un hipódromo.

careloco2En efecto, Atraco Perfecto fue, tanto para Carey como para Stanley Kubrick su carta de presentación a Hollywood, que el segundo sabría aprovechar bastante mejor que el primero. Kubrick quedó tan encantado con Carey que no dudó en ficharlo para su siguiente película, Senderos de Gloria, y además le ofreció el suculento papel del soldado Maurice Ferol, uno de los tres soldados sentenciados a muerte en la cinta. Por todos es sabido la fama de Kubrick de controlar todos los aspectos de la película que rodase en el momento, teniendo el equipo técnico y artístico que acatar sus órdenes sin rechistar (menos en la cinta que nos ocupa y en Espartaco, en las que quien cortaba el bacalao era su productor y estrella Kirk Douglas). Pues bien, a Kubrick le gustaba tanto Carey que le dio permiso para improvisar algunas líneas de diálogo y su actuación si lo estimaba oportuno. Sólo a él y a Peter Sellers les concedería ese privilegio. De hecho, en la escena en la que Kirk Douglas le visita cuando Ferol espera su ejecución inminente, Carey improvisó su actuación y fue tan convincente en la misma que Kirk Douglas pensaba que Carey le robaba la escena (cosa que así sucedió y cualquiera que haya visto Senderos de Gloria lo puede corroborar). Pocos años más tarde, Kubrick le llamó para interpretar papeles en Lolita y en Teléfono Rojo, pero nuestro hombre le dió calabazas. ¿El por qué? Vaya usted a saber. Quizás le apetecía ocuparse en crear y distribuir su primera (y última) película como director, productor, actor, guionista y distribuidor.

SinnercareyArmado con 100.000 dólares, un casting en general formado por actores amateurs, la colaboración en la banda sonora de un joven guitarrista que atendía por nombre Frank Zappa y una de las ideas más alucinantes jamás plasmadas en celuloide, desde 1956 a 1962, Carey trabajó intermitentemente en su magnum opus The World’s Greatest Sinner, una cinta virtualmente desconocida por estos lares pero reverenciada en USA por circuitos cinéfilos muy minoritarios y especialistas en el cinema bis. Dar una sinopsis de la película resulta muy complicado, pero básicamente consiste en un vendedor de seguros de nombre Clarence Hilliard que, aburrido de su vida, decide que él es Dios, cambiándose su nombre por el de God Hilliard (cual Homer Simpson cuando decidió llamarse Max Power), arengando a los jóvenes a unirse a él a través de un grupo de rock liderado por él mismo y siendo utilizado por un oscuro partido político. The World’s Greatest Sinner es, de verdad, una pieza indispensable para todo aquel que busque rarezas del cine, uno de esos pequeños «tesoros» de cuya existencia solo conocemos unos pocos y que, lo considere uno una obra maestra o un supino bodrio, no lo acabará olvidando fácilmente.

worldssinnerComo puede uno imaginarse, a Carey le costó lo suyo encontrar algún distribuidor que se mostrase interesado en The World´s… por lo que no tuvo más remedio que distribuir la película él sólo. La noche de su estreno en un cine de Los Angeles, buscando una buena promoción para la película, a Carey se le ocurrió disparar su pistola al techo de la sala provocando la histeria colectiva entre el público, lo que sirvió para acrecentar aún más su aureola de persona de carácter «complicadillo» en Hollywood. La crítica se mostró dividida en sus apreciaciones sobre la cinta, el público la ignoró y The World´s… se fue a las catacumbas del cine a la espera de que alguien la rescatase del olvido. Por cierto, Elvis Presley tenía muchas ganas de ver esta película, pero se quedó con ellas. A partir de ahí, Carey siguió alternando trabajos en el cine de bajo presupuesto duante los 60 para intentar llevar adelante nuevos proyectos como director. Pero The World´s… sería su única aventura tras las cámaras. La falta de financiación fue principalmente el talón de Aquiles de nuestro hombre, que vería más de una película inacabada. Eso, unido a que en Hollywood apenas querían saber nada de él, sobre todo después de que en el rodaje de El Rostro Impenetrable lograse cabrear a Karl Malden y a Marlon Brando, hasta el extremo que Brando (quizás teniendo en mente lo de la cerveza en Salvaje) le «apuñalaría» con un bolígrafo en salva sea la culona parte. La única figura relevante que se acordaba de él para darle papeles en sus películas fue su íntimo amigo John Cassavetes (Carey dió un sentido discurso en el funeral de éste a finales de los 80), quien le ofreció papeles suculentos en Minnie & Moskovitz y The Killing of a Chinese Bookie.

carey3Constantes apariciones en series como Kung Fu, El Virginiano o Los Ángeles de Charlie, más papeles en cine de bajo presupuesto, el rechazar papeles en los dos primeros Padrinos para ocuparse de sus propios proyectos (Aun así Coppola se acordaría de él para un papelito en La Conversación) y actuaciones variadas en teatro le mantuvieron ocupado hasta principios de los 90, donde estuvo a punto de «resucitar» para el cine con otra película de atracos con la estructura narrativa desordenada. En efecto, el mismísimo Tarantino pensó en él para interpretar al jefe de los Reservoir Dogs, pero a pesar de que Carey deseaba hacer el papel, a Tarantino le contaron que el actor estaba «como una cabra» y puso a Lawrence Tierney en su lugar. Ésta es la versión oficial. La extraoficial la contó el propio Carey en una entrevista poco antes de fallecer en 1994. Según Timothy, Tarantino estaba entusiasmado con tenerlo en el reparto y se lo presentó a Harvey Keitel, quien lo admiraba como actor y le dió un largo discurso sobre lo grande que fue.Tras una larga perorata, Carey se limitó a decirle «gracias», cosa que no sentó nada bien a Keitel (co-productor de la película), quien pensó que Timothy era un desagradecido y, por rencor, vetó su presencia en el reparto de Reservoir Dogs. Eso sí, en los créditos finales, Quentin se acordó de Carey poniéndolo en los agradecimientos.

Posiblemente, si hubiera querido, Timothy Carey sería más famoso y no hubiera tenido dificultades para hacer sus películas.Pero al menos hizo aquello que le apetecía hacer, y además era un tipo realmente original. Y eso basta para su entrada en el «hall of fame» del Terrario.Y ahora, les conmino a que traten de conseguir The World´s Greatest Sinner y disfruten de su delirante imaginación. O visiten el estupendo blog dedicado a su vida, obra y milagros The Timothy Carey Experience.

TimCarey

«Pola X» (Leos Carax, 1999)

Pola_X
Nada me afecta más que la palabra “hermana”– Leos Carax.
Pola X es la película francesa más bella de los últimos 10 años– Jacques Rivette
El clima de recepción con el que se encontraron Leos Carax y su Pola X en 1999 se puede resumir con la palabra “morbo”. Habían transcurrido 8 años desde que Los Amantes del Pont Neuf (Les Amants du Pont Neuf, 1991) dejasen tras de sí varios productores arruinados, unas cuantas relaciones personales (Juliette Binoche) y profesionales (el actor y “alter ego” Caraxiano Denis Lavant, el director de fotografía Jean Yves Escoffier) dañadas y la por aquel entonces imparable carrera de su realizador con Boy Meets Girl (1984) y Mala Sangre (Mauvais Sang, 1986) hecha añicos. Los incontables problemas de producción que tuvo el último capítulo de la «Trilogía de Alex» junto con los otros dos títulos señalados y una de las cimas de los años 90 están perfectamente resumidos en el documental Enquête sur un film au-dessus de tout soupçon, incluido en el DVD editado por Avalon para la Filmoteca FNAC, por lo que no será necesario referirme a ellos. Tan mala estaba la situación para Carax que cuando Juliette Binoche ganó el premio César por Tres Colores: Azul (Trois Couleurs: Bleu, Krysztof Kieslowski, 1992) pidió en su discurso de aceptación del premio que los productores franceses permitieran trabajar a su ex novio. Durante seis años, Carax se dedicó a viajar por el mundo, en especial la zona de los Balcanes, intentó poner en marcha algún que otro proyecto (entre ellos, uno con Sharon Stone; la diva rubia estaba asqueada con la adicción compulsiva de Carax por el tabaco) y se dedicó a escribir una adaptación de su libro más querido.

Leos Carax descubrió Pierre o las Ambigüedades de Herman Melville a los 19 años, la época en que escribía alabanzas para Cahiers du Cinema a Rocky II (1979) y La Cocina del Infierno (Paradise Alley, 1978), ambas de Sylvester Stallone. Un tipo listo Carax: él ya veía en Stallone a un autor a descubrir. Cada cierto tiempo releía la novela de Melville con la idea de adaptarla para el cine. Fue justo en su época de ostracismo en los 90 cuando se decidió a realizarla. El problema estaba en encontrar a los “locos” que quisieran apostar por él. Su productor habitual Alain Dahan había fallecido y su mala fama como despilfarrador y realizador “atípico” a la hora de acometer un rodaje pesaba mucho. Finalmente, el productor Bruno Pésery decidió apostar por Carax. Claro que no contaban con mucho dinero, que decidieron invertir en tres semanas de rodaje donde convencieron a los técnicos y actores que trabajasen por lo mínimo mientras buscaban nuevos inversores.

El Festival de Cannes vino al rescate al ofrecer a Carax que realizase una “postal” en forma de cortometraje mediante el cual iría informando sobre detalles de su nuevo proyecto. Un cortometraje sin título que precisamente se llamaba Sans Titre que se encuadraría en los fastos del 50 aniversario del certamen en 1997. Lo que Carax entregó puso multitud de interrogantes entre el público que lo vio: imágenes antiguas del festival, desastres naturales, una metafórica escena con Carax luchando por ascender unas escaleras, recuerdos personales y posiblemente dolorosos del realizador, imágenes de dos de las películas favoritas de Carax, Y el Mundo Marcha (The Crowd, King Vidor, 1928) y La Noche del Cazador (The Night of the Hunter, Charles Laughton, 1955), una foto en brevísimo plano en recuerdo a Dahan una vez pasados los créditos y escenas de su nuevo proyecto: Pola X. Quien pensase que el director iba a domesticarse tras Los Amantes… se había equivocado. Pueden ver el corto justo abajo.

Unos inversores alemanes y japoneses decidieron invertir en la película y a partir de ahí todo se desarrolló normalmente y sin incidentes ni desfases presupuestarios. Sin Denis Lavant ni Juliette Binoche, los nuevos musos de Carax serían un Guillaume Depardieu buscando alejarse de la sombra de su padre y sobre todo la actriz rusa Yekaterina Golubeva, habitual del cine de Sharunas Bartas (quien por cierto tiene un papel como líder terrorista en Pola X) que se convirtió en el futuro en la mujer de Carax. Golubeva falleció tristemente en 2011. Catherine Deneuve aportó su prestigio y su aún bien conservado físico para ser la madre de Pierre/Depardieu. El director de fotografía Eric Gautier sería el sustituto de un Escoffier en plena carrera internacional mientras que para la primera banda sonora propiamente dicha para un film de Carax fue fichado el mismísimo Scott Walker, quien contribuyó con un par de bellos temas sinfónicos, un popurrí industrial y el tema Cockfighter de su álbum de 1995 Tilt.

Cannes 1999 fue donde se estrenó con inevitable polémica Pola X, sobre todo por una escena de sexo explícito de posible carácter incestuoso. Carax asumió a la perfección su pose de “auteur maudit” en el festival. Pola X fue un fracaso crítico-comercial que dejó K.O. hasta a los seguidores del director, con algunas excepciones como la de Jacques Rivette señalada arriba. El montaje predilecto de Carax de tres horas de duración se estrenó en televisión en formato miniserie de tres capítulos para la cadena franco-alemana Arte. Los 8 años transcurridos entre Los Amantes… y Pola X pasaron a ser 13 (con el segmento Merde para el tríptico Tokyo! entre medias como nota más destacable) con la llegada de Holy Motors, donde Carax ha vuelto a armar ruido en Cannes para bien. Esperemos que sirva para que pueda realizar films con mayor regularidad.

polaxPola X (expliquemos ya el título: “POLA” corresponden a las iniciales de Pierre O Las Ambigüedades y la “X” se refiere a que se rodó la décima versión del guión) comienza con añejas escenas provenientes de archivode bombarderos destruyéndolo todo a su paso, en especial tumbas. Con ellas se nos explica cómo fue arrasada por el fantasma de la guerra la región de Isabelle, pero así debía tener también el ánimo Carax durante sus años de sequía y a la hora de filmar la película. Si sus tres películas pretéritas eran más de “poesía” que de “prosa”, por así decirlo, aquí ocurre justamente lo contrario. El nexo en común con ellas es que Carax sigue explorando el “amour fou” en su vertiente más morbosa: la de un posible incesto. Un “downward spiral” que diría Trent Reznor en el que acompañamos al atribulado Pierre del paradisíaco y soleado ambiente burgués de su chateau hasta el infierno físico y mental, donde en vez de encontrar la tan ansiada “verdad” que le permita escribir una gran novela y no un producto de moda se encuentra con la mugre. Un viaje imperfecto en su narración debido quizás a la poda de metraje pero que una vez finalizado acaba perdurando en el recuerdo.

En buena parte de la primera mitad de metraje, nos encontramos en un mundo de opulencia donde Pierre y su madre Marie parecen tener algo más íntimo de lo deseable, en vista de que ambos se llaman “hermanos” entre sí y de que Marie siente celos ante la inminente boda de Pierre y Lucie (Delphine Chuillot). Otro que siente celos es Thibault (ajustadamente repulsivo Laurent Lucas), quien junto con Pierre y Lucie forman “los tres inseparables” y que parece tener demasiado afecto por Pierre en su abrazo con éste en el bar. Entra en escena una misteriosa chica con melena negra larga y acento del Este que cubre su cara casi por entero y con pinta de desaseada que acecha a Pierre. Cuando por fin se encuentran, ésta revela que se llama Isabelle y es su hermana, producto de las andanzas del difunto padre de Pierre como diplomático por el Este de Europa. Éstas revelaciones y su pasado son contadas en la oscuridad de los bosques en un monólogo de más de cinco minutos de duración para alucine del pobre Pierre. Los secretos familiares son descubiertos a hachazos y Pierre parte para París en compañía de Isabelle y dos acompañantes, madre e hija.

polax2Rebotando de hotel en hotel de mala muerte (la de la niña), Pierre e Isabelle acaban en un almacén en el puerto donde se encuentran unos terroristas músicos de rock industrial. Es en esta segunda mitad donde las cosas se vuelven más oscuras y en donde harán acto de presencia Lucie y Thibault al tiempo que la mente de Pierre va degenerando poco a poco hasta llegar a la “traca final”. Ojo a cómo va mutando su aspecto de joven pijo bello a kurtcobainesco. Un Guillaume Depardieu cómplice con Carax en la que probablemente sea su mejor interpretación consigue hacernos creer su lento pero inexorable deterioro mientras que el mejor cumplido que se le puede hacer a Golubeva es que si alguien nos dijera que la actriz fue realmente criada en los bosques como su personaje en la película, nos lo creeríamos a pies juntillas.

Con la ayuda del equipo técnico, Carax logra otra vez más crear escenas y momentos de impacto como el “viaje” en motocicleta de Marie con su caída y moto que va dando vueltas incontroladamente mientras se dirige a una Deneuve yaciente, Pierre destrozando los retrovisores de una hilera de coches con la iluminación amarillenta de las farolas, la ensoñación de Pierre en la que él e Isabelle se besan apasionadamente en un mar de sangre, la presentación del “grupo” (nunca mejor dicho) terrorista con su líder de director de orquesta de una banda de guitarras eléctricas, sintetizadores y martillos golpeando yunques, la explícita escena de sexo sin trampa ni cartón en plena oscuridad entre Pierre e Isabelle o los últimos 10 minutos de pura locura.

Impactante en su primera visión, con defectos visibles en revisionados sucesivos, Pola X no es un título fácil de comentar ni es apta para todos los públicos, pero aquellos que estén abiertos a todo tipo de experiencias en el cine tendrán en éste un título idóneo a la hora de debatir. Sólo por lograr que pasase semanas pensando en la película desde que la vi por primera vez y por venirme a la mente muy de vez en cuando ya ha conseguido mucho más que otros títulos quizá mejores pero de poco poso. Sólo lamentar su inexistente distribución en España al margen de festivales y que Carax no recurriese de nuevo a Bowie como en su “Trilogía de Alex”. Quizás porque el I’m Deranged ya se lo había pedido David Lynch para su Carretera Perdida (Lost Highway, 1997).